Misiones Sagrados Corazones recibe el premio a la Solidaridad del Consell de Mallorca
El Consell Insular de Mallorca ha querido rendir un homenaje póstumo al misionero mallorquín Pere Riera Cànaves, que vivió una vida de acción al lado de los pobres. El premio es también un reconocimiento a la labor de todos los Misioneros de los Sagrados Corazones que trabajan para mejorar las condiciones de vida de las comunidades más desfavorecidas en Argentina, Republica Dominicana y Puerto Rico (América), y Ruanda y Camerún (África).
El padre Riera nació en Ariany el 1962 y murió en junio del 2013 a la edad de 51 años. Sus primeras aventuras transcurrieron en la Mallorca de los 60, primero como niño corriendo y jugando por las calles de Ariany, y más tarde como miembro de la Escolanía de Lluc, donde descubriría su vocación de servir a los demás. Cursó estudios teológicos en Barcelona y Roma. Ya como miembro de la congregación de Misioneros de Sagrados Corazones, viajó por América, ejerció en La Patagonia y Buenos Aires; y durante 12 años convivió con las familias más pobres del asentamiento 22 de Enero en el extrarradio de la capital argentina. Aunque su vocación lo llevó a viajar por todo el mundo, el vínculo afectivo con Mallorca se mantuvo siempre. En la isla, conservó a su familia y un numeroso grupo de amigos.
La importancia del misionero mallorquín radica en su compromiso absoluto con los desfavorecidos. “Con su vida de lucha y acción al lado de los más necesitados –explica Toni Moreno, gerente de Misiones Sagrados Corazones- nos dejó un mensaje muy claro; ante la pobreza debemos actuar. Es decir, cuando nos encontramos frente al hambre, el sufrimiento o la injusticia no podemos mirar hacia otro lado. Por muy incómodas que nos resulten, debemos luchar con todas nuestras fuerzas para erradicarlas”. En este sentido, la vida de Pere Riera muestra la acción de la congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones, de la que llegó a ser Superior General, “porque allí donde se encuentra un pobre, también está uno de nuestros misioneros”.
En el transcurso del acto de entrega de los Premios Consell de Mallorca Solidaridad y Accesibilidad 2014 -que tuvo lugar el pasado 16 de setiembre en el Teatro Principal de Palma- el padre Miquel Mascaró, Procurador de Misiones Sagrados Corazones, explicó una anécdota significativa que ayuda a entender el alcance de la figura del misionero. En sus días de estudiante en Barcelona y como voluntario de la Fundació Engrunes, Pere Riera dedicaba parte de su tiempo a recoger cartones, ropa de segunda mano y trastos viejos. Cuando después de recorrer las calles de la ciudad regresaba a casa, sus compañeros solían decirle irónicamente: “Hueles a pobre”. “Precisamente, -remarcó el padre Mascaró en su parlamento- esta fue la elección del padre Riera, la de oler cada vez más a pobre. Eligiendo a los pobres como compañeros con quien compartir las pequeñas luchas y victorias del día a día”.